Para mi la práctica de la moralidad consiste en: Abstenerme de hacer lo que no me gustaría que me hicieran a mi. Tomando consciencia que el sufrimiento es una experiencia que comparto con todos los seres vivos, y que los demás igual que yo no quieren sufrir.
Cuando a primeros del 2010 decidí poner mas energía en la Práctica, tome la determinación de aplicar los preceptos Budistas del laico, los preceptos morales fue uno de los pilares sobre la cual construí mi transformación personal. Aplicarme estos preceptos fue muy importante para la transformación de mi vida y el desarrollo de mi práctica.
Tener en mente los preceptos me ayudaba a sostener la practica de mindfulness. Por ejemplo, uno de los preceptos es abstenerse de la palabra falsa o ofensiva, así que cada vez que hablaba, me ayudaba a estar en el momento presente. Más consciente de como y que decía y si era el momento adecuado, también a ser consciente de las motivaciones. Si no lo cumplía, podía preguntarme porque no lo había hecho, conociendo que necesidad o emoción me había incitado a hablar así.
Ser mindful de mis acciones me da mucha información sobre mi mismo, si soy manipulador, chismoso, dependiente, etc. Cada acción me permite conocerme y trabajar sobre mi mismo, responsabilizándome de lo que digo y aceptando las consecuencias.
Al principio debido a los hábitos adquiridos durante mi vida, practicar la moralidad requería esfuerzo. Era una especie de freno que me daba mas tiempo antes de actuar, minimizando la posibilidad de ser arrastrado por deseos, sensaciones, emociones, etc. Evitaba meterme en problemas, remordimientos y temor por las consecuencias que afectaban mi paz interior. Luego con la comprensión y los beneficios que surgen de la Práctica, la moralidad se cumple de una manera natural, simplemente ciertas acciones se dejan de realizar, ni siquiera concebirlas.
En general, no solo con la práctica de la moralidad, considero importante aprender de mi propia experiencia. Observando las consecuencias de mis acciones, notando cuales contribuyen a mi paz interior y armonía con los demás, y cuales no. No se trata de ser duro conmigo mismo, tratando de alcanzar un ideal de conducta. Ni recriminarme, ni juzgarme, ni en lamentarme. Sino en ser auto compasivo, comprendiendo las necesidades que me incitaron a realizar la acción. Tratando de hacerlo mejor la próxima vez.
Los monasterios de la tradición de la Forest Sangha, reciben visitas constantemente, algunos para pasar el día y otros para permanecer durante una temporada, la gente que visita el monasterio suele venir con las mejores intenciones, y generalmente se aplican como mínimo los cinco preceptos del laico. El ambiente es muy agradable no solo porque son unos sitios bonitos y tranquilos, sino porque vivir con personas que practican la moralidad nos permite relajarnos.
Cuando me ordene como samanera (novicio monje Budista), el nombre religioso que me dieron fue Nandasilo, que significa quien goza de la moralidad, o se podría decir también, quien disfruta de la purificación del corazón que da la práctica de la moralidad, me parece un hermoso nombre que define el gran beneficio de practicar la moralidad.
Os animo a que pongáis esfuerzo en la Práctica de la moralidad, experimentando por vosotros mismos como vivir en armonía con los demás, contribuye a vuestra paz y bienestar. El tratar de ser íntegros crea una energía que se transmite, mejorando las relaciones con los demás.